El acto de cocinar y de comer provoca la reunión alrededor de una mesa, con amigos, familia o... simplemente con uno mismo. El deseo de compartir este gran placer es lo que llevó a Eloise Alemany a proyectar Libro de cocina: relatos argentinos, una suerte de álbum cultural en el que 24 personajes de Buenos Aires revelan sus recetas más queridas.
A lo largo de un año, esta consultora creativa fue recopilando experiencias gastronómicas, anécdotas de cocina y recetas personales elaboradas por un conjunto de personas vinculadas al mundo del arte, la moda, la arquitectura, el diseño, la vida cotidiana argentina y claro, la gastronomía. Entre ellos están Martín Churba, Lola Goldstein, Marcia Krygier, Valeria Pesqueira, Guillermo Ueno y Martín Sabater.
De familia francesa, Eloise nació y creció en Tokio, donde la comida ocupa real protagonismo en la vida cotidiana. Allí comenzó a entrenar el paladar, probando distintas recetas que preparaba su madre y otras que encontraba en los libros de la biblioteca del colegio. Después de trabajar varios años en la industria de la moda y conocer a un sin fin de artistas, notó que para muchos la cocina era otra forma de expresar creatividad. Así fue que pensó en ligar ambos mundos en un libro de fotografía que se entrometa en las cocinas de personajes diversos: una psicóloga, una diseñadora de indumentaria o una artista plástica.
Eloise empezó a trabajar sobre la idea mientras vivía enondres y cuando la situación cambió y se mudó a Buenos Aires, tuvo que adaptarlo al contexto local. Volvió a empezar y el libro terminó por transformarse en una celebración de la cultura argentina y su gente. Se reunió con cada uno de los cocineros para charlar sobre sus vínculos con la comida y aquello que les gustaría preparar. Luegó definió las recetas y a través de las lentes de los fotógrafos Andrés Lehmann, Alina Schwarcz, Guillermo Ueno y Ana Armendariz, capturó el ritual.
Impulsada por la felicidad que le trajo su libro, Eloise motivó otra iniciativa: la de su madre Pascale y la publicación de Cuaderno dulce. Oriunda de Reims, cuarta hija de una familia numerosa y con un talento excepcional por la pastelería, Pascale conoce los postres franceses como pocos. Casada con un joven diplomático, lo siguió hasta Japón y allí, alentada por la curiosidad de las mujeres orientales por la cocina gala, volvió sobre sus pasos, tomó su antiguo cuaderno espiralado con miles de secretos y comenzó a dar clases de gastronomía francesa. Fue profesora de Art de la table (Arte de la buena mesa) y de cocina familiar en el Cordon Bleu de Tokio y actualmente enseña en París.
Cuaderno dulce reúne los grandes clásicos de la repostería francesa combinando simplicidad y refinamiento. Crème brûlée, mousse au chocolat amer, tarte tatin y madeleines son algunas de las tantas delicias que recopila Pascale, junto a una bella edición de fotografías de Andrés Lehmann que no hacen más que agua en la boca.
Eloise y Pascale sin dudas conservan la tradición, no sólo de la buena cocina, sino del placer de compartir la mesa, de abrir las puertas e invitarnos a meter las manos en la masa!
Para conseguir Libro de cocina-Relatos Argentinos y Cuaderno dulce: www.hello-kitchen.com
sábado, 29 de enero de 2011
Cena romantica en un castillo Normando.
Estimados lectores de Mr. Restaurant, en este caso, les acerco una propuesta gourmet muy romantica y realmente bien distinta.
Como bien dice el título de esta nota, hablaremos de una cena romantica en un castillo Normando.
A solo una hora de la ciudad.... a disfrutar de La Candelaria !!
Todo empezó con una historia de amor: Don Orestes Piñeiro toma como esposa a Candelaria del Mármol y nombra a la estancia en su honor. Adoptan a una niña, Rebeca, que será desposada por Don Manuel Fraga. Ella se dedicará a obras de caridad, él a tareas rurales. Fallecido Don Manuel, Rebeca continuó la labor en la estancia con su cuñado Don Roberto Fraga, que con 6 hijos de dos matrimonios supo poblar la estancia y repartir tareas. Más tarde la estancia fue comprada por sus actuales dueños, que abrieron las puertas de este castillo y la historia de esta familia.
Lo primero que vas a pensar cuando estés en frente del castillo es que estás en Francia. Lo segundo, que morís por entrar. Lo tercero, que vivir en La Candelaria es el sueño de toda princesa. Construida dentro de un parque de 8000 hectáreas, no es un hotel de lujo ni un spa: es una verdadera estancia del siglo pasado con más de 170 años de historia. Toda esta magia, a cargo de un equipo francés de primera línea: el arquitecto Albert Favre, el constructor Moliere y el paisajista Carlos Thays (¡hay más de 240 especies de flora!). En La Candelaria no sólo te vas a alejar del ruido de la ciudad y a descasar en un lugar verde: vas a poder pasear en sulkys antiguos, disfrutar de caminatas por el bosque, practicar deportes, degustar los más tradicionales sabores porteños o jugar al polo, entre otras actividades. Para que termines de tentarte, ¿recorremos La Candelaria?
Dentro del castillo hay 10 habitaciones: 8 clásicas y 2 suites, que ya son un capricho exquisito, porque en las clásicas hay más de lo que podríamos desear! Los empapelados de la pared, las cómodas, las mesas de luz, las camas y roperos estilo Luis XV y Luis XVI, los descansos iluminados con vitraux franceses, los ventanales con vista al parque, los sillones de pana…todo nos transporta a épocas pasadas, y nos recuerda a personajes de Mujercitas, Orgullo y Prejuicio y, por qué no, Lo que el viento se llevó. Si esto te resulta o muy de novela o muy lujoso, en otra de las construcciones del parque, una alternativa rústica y campestre: las habitaciones coloniales con hogar a leña. ¡Pero hay más! Si tu espíritu, en cambio, es aventurero, tenés que dormir en el Molino Holandés (¡no es sólo un nombre lindo, tiene verdadera forma de molino!) o en los Bungalows del bosque. Un dato divertido: en el bosque se esconden liebres, zorros, hures y comadrejas.
Además de ofrecer mágicas estadías, La Candelaria está equipada para todo tipo de eventos: empresariales, sociales, family days y producciones fotográfica. Para las más dulces y románticas bodas, la estancia cuenta con su propia capilla y carruajes antiguos con majestuoso caballos blancos! Y hablando de amores…una promo pensada para nosotras: los viernes románticos de La Candelaria ofrecen estadías exclusivas para parejas. ¿Cómo es el plan? Tu príncipe te busca por tu trabajo a las 17. Llegan a La Candelaria a las 18, recorren el castillo, brindan con champagne, cenan a la luz de las velas en un salón encantado y pasan la noche en una de las increíbles suites de la estancia. Al día siguiente: desayuno, almuerzo, merienda y fiesta gaucha, un festejo tan autóctono como original, con partido de polo, visita guiada dentro del Castillo, demostración gastronómica, show folclórico y destreza gaucha.
Elegí tu mejor vestido, porque vas a volver hecha una princesa.
Estancia La Candelaria.
www.estanciacandelaria.com
Ruta Nacional Nº 205, km 114, 5
Lobos, provincia de Buenos Aires
(02227) 424404 / 494132 / 494473
info@estanciacandelaria.com
Como bien dice el título de esta nota, hablaremos de una cena romantica en un castillo Normando.
A solo una hora de la ciudad.... a disfrutar de La Candelaria !!
Todo empezó con una historia de amor: Don Orestes Piñeiro toma como esposa a Candelaria del Mármol y nombra a la estancia en su honor. Adoptan a una niña, Rebeca, que será desposada por Don Manuel Fraga. Ella se dedicará a obras de caridad, él a tareas rurales. Fallecido Don Manuel, Rebeca continuó la labor en la estancia con su cuñado Don Roberto Fraga, que con 6 hijos de dos matrimonios supo poblar la estancia y repartir tareas. Más tarde la estancia fue comprada por sus actuales dueños, que abrieron las puertas de este castillo y la historia de esta familia.
Lo primero que vas a pensar cuando estés en frente del castillo es que estás en Francia. Lo segundo, que morís por entrar. Lo tercero, que vivir en La Candelaria es el sueño de toda princesa. Construida dentro de un parque de 8000 hectáreas, no es un hotel de lujo ni un spa: es una verdadera estancia del siglo pasado con más de 170 años de historia. Toda esta magia, a cargo de un equipo francés de primera línea: el arquitecto Albert Favre, el constructor Moliere y el paisajista Carlos Thays (¡hay más de 240 especies de flora!). En La Candelaria no sólo te vas a alejar del ruido de la ciudad y a descasar en un lugar verde: vas a poder pasear en sulkys antiguos, disfrutar de caminatas por el bosque, practicar deportes, degustar los más tradicionales sabores porteños o jugar al polo, entre otras actividades. Para que termines de tentarte, ¿recorremos La Candelaria?
Dentro del castillo hay 10 habitaciones: 8 clásicas y 2 suites, que ya son un capricho exquisito, porque en las clásicas hay más de lo que podríamos desear! Los empapelados de la pared, las cómodas, las mesas de luz, las camas y roperos estilo Luis XV y Luis XVI, los descansos iluminados con vitraux franceses, los ventanales con vista al parque, los sillones de pana…todo nos transporta a épocas pasadas, y nos recuerda a personajes de Mujercitas, Orgullo y Prejuicio y, por qué no, Lo que el viento se llevó. Si esto te resulta o muy de novela o muy lujoso, en otra de las construcciones del parque, una alternativa rústica y campestre: las habitaciones coloniales con hogar a leña. ¡Pero hay más! Si tu espíritu, en cambio, es aventurero, tenés que dormir en el Molino Holandés (¡no es sólo un nombre lindo, tiene verdadera forma de molino!) o en los Bungalows del bosque. Un dato divertido: en el bosque se esconden liebres, zorros, hures y comadrejas.
Además de ofrecer mágicas estadías, La Candelaria está equipada para todo tipo de eventos: empresariales, sociales, family days y producciones fotográfica. Para las más dulces y románticas bodas, la estancia cuenta con su propia capilla y carruajes antiguos con majestuoso caballos blancos! Y hablando de amores…una promo pensada para nosotras: los viernes románticos de La Candelaria ofrecen estadías exclusivas para parejas. ¿Cómo es el plan? Tu príncipe te busca por tu trabajo a las 17. Llegan a La Candelaria a las 18, recorren el castillo, brindan con champagne, cenan a la luz de las velas en un salón encantado y pasan la noche en una de las increíbles suites de la estancia. Al día siguiente: desayuno, almuerzo, merienda y fiesta gaucha, un festejo tan autóctono como original, con partido de polo, visita guiada dentro del Castillo, demostración gastronómica, show folclórico y destreza gaucha.
Elegí tu mejor vestido, porque vas a volver hecha una princesa.
Estancia La Candelaria.
www.estanciacandelaria.com
Ruta Nacional Nº 205, km 114, 5
Lobos, provincia de Buenos Aires
(02227) 424404 / 494132 / 494473
info@estanciacandelaria.com
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